Se hizo en la Residencia de Soto Fresnos, en Soto del Real.
En esta residencia madrileña, se implantó la actividad
de Terapia canina, donde participaron los residentes y usuarios del centro de
día.
Los perros iban acompañados de sus adiestradores para
llevar el control, mientras que los usuarios pudieron ayudarles a peinar,
acariciarlos e incluso participar de forma continua en la actividad de juego
anima, siempre bajo la supervisión de los cuidadores y adiestradores.
El desarrollo de esta actividad tuvo dos claros
objetivos: relajar a los residentes y fomentar el trabajo en equipo.