Liderado por Paloma Cunillé, en ASISPA, hemos puesto en marcha un proyecto de voluntariado con la única pretensión de paliar la soledad que hace tan vulnerables a las personas y que se ha agravado tanto con la aparición del COVID y el consiguiente aislamiento que ha generado.

«Un grupo de voluntarios nos ocupamos de llamar semanalmente a esas personas y mantener una conversación cercana y acogedora con ellas… Hasta donde quieren llegar, ya que estamos preparados para abordar situaciones de conflicto, pérdidas, enfermedades y ofrecer la posibilidad de tratar todo aquello que les preocupa o atender sus necesidades más profundas en el momento vital en que se encuentran». Nos dice la propia coordinadora del programa.

El equipo, supervisado por Paloma recibe, por parte del área de Relaciones Institucionales y Voluntariado de nuestra entidad, un completo ciclo formativo para que el grupo pueda desarrollar su actividad de voluntariado en las mejores condiciones.

#SoledadNoDeseada

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