El concepto de edadismo implica la existencia de creencias y prejuicios hacia las personas mayores y sus necesidades. Esa imagen social influye en las personas mayores y la hacen suya, lo que repercute negativamente en su bienestar, ya que genera un impacto negativo sobre su autoestima.

La infravaloración de sus capacidades físicas y cognitivas puede favorecer precisamente la pérdida de la independencia y generar depresión y aceleramiento del deterioro cognitivo.

Entre las personas mayores, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social y soledad, una mayor inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras.

Recordemos que durante la pandemia se trasladó la imagen de las personas mayores de vulnerabilidad, lo que provocó una disminución en su bienestar y salud mental.

Se hace necesaria una visión del envejecimiento como una etapa más de la vida.

Es importante contribuir, desde todos los sectores, en mejorar la calidad de vida de las personas mayores, lo que considera entre otras cosas, derribar mitos en torno a la tercera edad. 

Algunas ideas para decir “STOP” al edadismo serían las siguientes:

  1. Dejar de asociar una mayor edad con riesgo de enfermedad. Se trata de transmitir una imagen activa y positiva de los mayores, ya que es un grupo heterogéneo.
  2. Fomentar el contacto de personas mayores con los jóvenes para enriquecer vínculos y mejorar la percepción que la juventud tiene de las personas mayores.
  3. Poner el foco de atención en las capacidades de la persona.  Centrarnos en aquello que hacen bien (capacidades preservadas), ya que todas las personas tenemos limitaciones independientemente de nuestra edad. En este área influyen significativamente los medios de comunicación.
  4. Estimular sus habilidades y fomentar su autonomía personal. Abandonar el lenguaje infantilizado y las actitudes de sobreprotección que infravaloran y menosprecian sus capacidades físicas y mentales. Reconocer su capacidad de toma de decisiones personales y respetar su intimidad.

Los medios de comunicación suelen hablar de la vejez en términos negativos y apenas se tiene en cuenta la opinión de personas muy mayores en el ámbito político, por ejemplo.

Además, el edadismo afecta también a la contratación de personas, ya que las empresas prefieren contratar más a personas jóvenes que mayores.

Por tanto, es responsabilidad de toda la sociedad avanzar en la imagen de la persona mayor y comenzar a transmitir una imagen positiva y realista del envejecimiento con el objetivo de mejorar la percepción sobre el envejecimiento activo y saludable, que redundaría en una vida volcada hacia el futuro, transmitiendo a los mayores una autoimagen positiva, y expectativas de éxito.

Por María Isabel Martínez Puertas

Docente del Área de Formación de ASISPA

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