Llevo viviendo desde el año 2010 con mi madre. Es una persona muy dominante (de toda la vida), es decir, que ahora que tiene 94 años no puedo pedir que sea de otra manera. Al principio de la convivencia estaba mucho mejor, en lo que se refiere a su cabeza, pero ha pasado por todas las fases.

Se pensaba que miraba sus cosas, que la robaba, que, como esta sorda, hablaba con otras personas de ella, criticándola. Ahora no quiere que me mueva de su lado. No le gusta que salga de casa.

Yo a veces me desespero, porque pone cara de enfado, y no me habla, mejor dicho, me habla para pedirme las cosas que no puede hacer, que es prácticamente todo.

Por otro parte y en positivo, te sientes bien contigo misma porque se la ve muy indefensa y no admite que no puede hacer las cosas que antes hacía, sobre todo asearla. No quiere que se lo hagas.

A mi me crea un conflicto emocional, pero pienso que, cuando falte, estaré orgullosa de haberla cuidado.

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