Alicante tendrá el primer edificio de «cohousing» en suelo público de la Comunidad, que cuenta ya con 2 millones de euros de financiación comprometidos por la Generalitat, a través del IVF. Otros grupos también promueven proyectos en Castalla, Sant Joan o Elche

La pandemia dejó patente que hay personas, sobre todo mayores, que habían enfermado o muerto solas en sus domicilios, sin nadie que pudiera ayudarles, cuidarles o acompañarles. De aquella experiencia, muchos extrajeron una lección.

Huir de la soledad impuesta, pero también encontrar personas con las que compartir intereses o situación vital; tener a otros a los que cuidar y que te cuiden; no ser una carga para los hijos; compartir servicios a menor precio; o no acabar en una residencia, son algunas de las causas que han despertado el interés de numerosos alicantinos por formar parte de cooperativas de viviendas. Un interés que se ha disparado como consecuencia de la crisis sanitaria y que en la provincia de Alicante tiene ya encarrilados varios proyectos para hacer este particular viaje de vuelta a la tribu.

Ágora Alicante, Ítaca Intergeneracional en Sant Joan d’Alacant, Alicante Convivencia en Castalla o Elche Centro son algunas de las propuestas que varios grupos de personas están impulsando en municipios de la provincia con un objetivo común: iniciarse en esta nueva filosofía de vida, con gran implantación en los países nórdicos, que es el «cohousing». Pero, además, la iniciativa privada también promueve otros proyectos de «coliving», que no tiene su germen en una cooperativa sino en un proyecto puramente inmobiliario, en otras localidades, como Alicante o l’Alfàs del Pi.

«La pandemia ha sensibilizado mucho a la sociedad. Por un lado, a personas mayores que han visto lo que ocurría en algunas residencias y que saben que eso no es lo que quieren para sus últimos años; pero también a personas jóvenes, que no tienen una red familiar que les permita conciliar todos los aspectos de su vida y que se interesan por proyectos intergeneracionales como una fórmula para poder vivir con un poco más de tranquilidad: los jóvenes ayudan a los mayores en cosas que por sí mismos no son capaces de hacer y los mayores pueden recoger a sus hijos del colegio o quedárselos un rato cuando los padres no se pueden hacer cargo. Pero no como una obligación, como ocurre a veces con los abuelos, sino porque es parte de lo que han acordado en su cooperativa», explica Prudencio López, uno de los impulsores de este movimiento en la provincia a través de la plataforma Vida Sostenible.

#SoledadCero

«La soledad no deseada es algo que impone mucho, sobre todo cuando te vas haciendo mayor. Por eso hay gente que acaba buscando una pareja para no estar sola, aunque no sea eso lo que realmente desea». María A. Sánchez, una alicantina integrada en este movimiento y que forma parte de Ágora Alicante, explica que ésta fue una de las causas que la llevaron a integrarse en un proyecto de «cohousing».

Alicante ConVivencia, otra de las cooperativas, también cuenta ya con un terreno en propiedad en Castalla, El Choclo, para desarrollar su proyecto, de carácter rural, orientado a personas de entre 55 a 70 años y equipado con todo tipo de servicios para cubrir las necesidades de este grupo poblacional, incluso si en el futuro alguno de sus miembros desarrollase algún tipo de dependencia, según explica Jorge Toledo, su portavoz.

Fuente: www.informacion.es

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