VÂNIA DE LA FUENTE NÚÑEZ / DIRECTORA DE LA CAMPAÑA MUNDIAL CONTRA EL EDADISMO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)

De Santiago de Compostela a la OMS. La doctora empezó trabajando con varias ONG e institutos de investigación en España, Senegal y Gambia, hasta que, en 2014, se incorporó a la agencia internacional para involucrarse en el desarrollo de guías de ética en el contexto de la epidemia del ébola, entre otros proyectos. Desde hace varios años, el objetivo prioritario de su trabajo es la eliminación del edadismo a través de programas relacionados con el envejecimiento saludable.

Pregunta.- Dirige la Campaña Mundial contra el Edadismo que se lleva a cabo por iniciativa de los 194 Estados miembro de la OMS. ¿Cree que realmente existe una preocupación por parte de los gobiernos por acabar con el edadismo?

Respuesta.- Sí, sí que creo que existe una preocupación por parte de los gobiernos para acabar con el edadismo. Reflejo de ello es el hecho de que fuesen precisamente los 194 Estados miembro de la OMS los que pidiesen que se desarrollase la Campaña Mundial Contra el Edadismo. Los gobiernos han vuelto a reafirmar su compromiso para reducir el edadismo al adoptar la Década del Envejecimiento Saludable cuyo plan de acción hace especial hincapié en la necesidad de acabar con los estereotipos, los prejuicios y la discriminación por edad.

P.- El edadismo tiene múltiples consecuencias en el bienestar y la salud de las personas mayores. En su opinión, ¿cuál diría que es la más grave?

R.- No podría decir cuál es la consecuencia más grave ya que hay desafortunadamente muchos efectos negativos. Lo que sí me gustaría resaltar es la necesidad de dar a conocer los efectos tan nefastos que el edadismo tiene en nuestra salud y bienestar cuando somos mayores. No es ninguna broma. Está asociado a una muerte más temprana, también a una peor salud física y mental, incluidas la presencia de enfermedades crónicas, hospitalizaciones, depresión y deterioro cognitivo. También disminuye nuestra calidad de vida y aumenta tanto el aislamiento social y la soledad como el riesgo de que adquiramos hábitos no saludables como fumar, no tomar la medicación que nos haya prescrito el médico o seguir una dieta insana. Espero que un mayor conocimiento de estos efectos negativos y de la prevalencia del edadismo en el mundo sirvan para impulsar un cambio en nuestra sociedad que nos permita crear juntos un mundo para todas las edades.

P.- En este contexto, nació el Informe Mundial sobre el Edadismo, del que es coautora, y gracias al cual se sabe qué hacer para reducir el edadismo en todas sus formas. ¿Qué acciones destacaría?

R.- El mensaje general del informe es optimista, ya que por primera vez sabemos qué funciona para abordar el edadismo: política y legislación, actividades educativas e intervenciones intergeneracionales. Siempre que sea posible, debemos implementar estas tres estrategias juntas para maximizar su impacto. Las medidas políticas y legislativas tanto nacionales como internacionales pueden abordar la discriminación y la desigualdad por motivos de edad y ayudar a proteger nuestros derechos humanos. Deben garantizar que no se perjudique sistemáticamente a las personas en función de su edad, ya sea en el empleo, el acceso a los servicios, el sistema legal, los medios de comunicación, etcétera. Las actividades educativas pueden mejorar la empatía, disipar los conceptos erróneos sobre los diferentes grupos de edad y reducir los prejuicios al proporcionar información precisa. Pueden incluirse en todos los tipos y niveles de educación y tanto en contextos educativos formales como no formales. Este tipo de estrategia incluye cursos o talleres para transmitir conocimientos sobre el envejecimiento, así como juegos de rol, ejercicios de simulación y realidad virtual. Por último, las intervenciones intergeneracionales pueden ayudar a reducir los prejuicios y estereotipos intergrupales. En este tipo de intervención, personas de diferentes edades se juntan para compartir o realizar una actividad en común (por ejemplo, cantar en un coro, jardinería, ciclos de cine, talleres de lectura, vivienda compartida).

P.- ¿Considera que España es un país edadista?

R.- Como mostramos en el informe, existe edadismo en todas partes. Todos hemos crecido en sociedades edadistas y esto implica que también hay edadismo en España a todos los niveles: institucional, interpersonal e individual (edadismo dirigido contra uno mismo o autoinfligido). Para abordar el edadismo debe darse prioridad a las tres estrategias que están respaldadas por una mejor evidencia y que he mencionado: políticas y leyes, intervenciones educativas y de contacto intergeneracional. Pero es importante que cada país, incluido España, adapte estas recomendaciones a sus contextos específicos, detectando, por ejemplo, en qué facetas de la vida está más presente el edadismo, qué oportunidades de intervención existen, etcétera. También será necesario avanzar la investigación en este campo en España para lograr un mayor conocimiento sobre este fenómeno, perfeccionar las estrategias eficaces existentes y explorar nuevas intervenciones. Por otro lado, España puede contribuir a la coalición mundial dirigida por la Campaña Mundial Contra el Edadismo, cuyo objetivo es el cambio del discurso existente sobre la edad y el envejecimiento.

P.- ¿Cree en un futuro sin edadismo?

R.- Sí, las cosas pueden cambiar a mejor. Pienso a lo grande y creo que el ser humano es capaz de crear un mundo para todas las edades. La humanidad ya ha logrado grandes avances a lo largo de la historia. Basta con ver el lugar que ocupaban las mujeres hace 100 años y donde estamos hoy. Esto no quiere decir que no quede camino por recorrer también en relación a la mujer, pero soy optimista. Crear un mundo en el que la edad no se use para limitar nuestro potencial abrirá infinitas posibilidades. La edad es una de las primeras cosas en las que nos fijamos cuando interactuamos con otras personas. Esto probablemente siga siendo así en un mundo sin edadismo. La diferencia estará en que la edad no será usada como instrumento de categorización, condicionando nuestras interacciones personales, nuestras percepciones sobre nosotros mismos y las oportunidades o desventajas que disfrutemos o padezcamos.

P.- El edadismo es uno de los cuatro pilares que rige la Década del Envejecimiento Saludable. ¿Qué tipo de iniciativas se están llevando a cabo en este marco? ¿Cómo cree que se notará en España su influencia?

R.- La Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030 es una colaboración mundial, alineada con los últimos diez años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Reúne a gobiernos, sociedad civil, agencias internacionales, profesionales, academia, medios de comunicación y el sector privado para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven. El plan de acción para estos diez años incluye cuatro áreas de acción. Primero, cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento. Esto requiere acabar con el edadismo a través de la formulación de políticas y leyes, y el diseño e implementación de actividades educativas e intergeneracionales. También se precisa más investigación, así como cambiar el discurso tan negativo que existe actualmente en relación a la edad y el envejecimiento. Segundo, construir comunidades que nos permitan envejecer de manera segura en un lugar adecuado, continuar desarrollándonos personalmente, ser incluidos y contribuir. Las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores se crean eliminando las barreras físicas y sociales e implementando políticas, sistemas, servicios y tecnologías que permiten que las personas continúen siendo y haciendo lo que valoran. Tenemos ya buenos ejemplos del trabajo realizado en España y otros países y esperamos ver muchos más en estos años. Tercero, ofrecer una atención integrada y centrada en las personas, y servicios de salud primarios que respondan a las necesidades de las personas mayores. Los sistemas sanitarios actuales a menudo están mejor diseñados para hacer frente a las condiciones de salud agudas individuales que a las necesidades de salud más complejas y crónicas que tienden a surgir con la edad. La implementación de una atención integrada centrada en las personas es crucial, ya que puede mejorar el acceso a cuidados a nivel comunitario, la coordinación de servicios y proveedores, y de esta manera reforzar la capacidad intrínseca de las personas mayores. Cuarto, proporcionar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesiten. Los cuidados a largo plazo de buena calidad son esenciales para las personas con una pérdida significativa de capacidad intrínseca, ya que pueden permitir disfrutar de los derechos humanos básicos y vivir con dignidad. Todos los países deben tener un sistema de atención a largo plazo, que incluya atención social y apoyo que ayude a las personas mayores con la vida diaria y el cuidado personal. La pandemia de Covid-19 ha visibilizado las carencias de los sistemas de cuidados en todos los países, señalando una acuciante necesidad de repensar los cuidados para asegurar que no dejamos a nadie atrás en la Década del Envejecimiento Saludable. Cada país notará el impacto de la década y estas cuatro áreas de acción según la inversión que haga. Los gastos en los sistemas de salud, en la atención a largo plazo, en los entornos amigables con las personas mayores, y en erradicar el edadismo son inversiones que fomentan la capacidad y, por lo tanto, el bienestar y la contribución de las personas mayores. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la población mayor de 64 años en España ascendía a 9,38 millones de personas a principios del 2021, suponiendo el 19,7% del total de la población en el país. Una inversión en la Década del Envejecimiento Saludable en el país no solo permitirá añadir vida a nuestra creciente longevidad, sino también aprovechar al máximo el potencial social y económico de las personas mayores y apreciar sus contribuciones. El envejecimiento saludable puede ser una realidad para todos, pero para ello es necesario apostar por medidas en estas cuatro áreas de acción de la década.

P.- ¿Qué necesidades comparten los mayores de todos los países del mundo?

R.- El plan de acción de la Década del Envejecimiento Saludable es el resultado de un proceso consultativo muy extenso y las personas mayores constituyen su eje central. Las cuatro áreas de intervención que mencionaba pretenden responder precisamente a las necesidades de las personas mayores en todo el mundo. Es imprescindible que las personas mayores continúen participando activamente en todas las etapas de la Década ya que son tanto agentes del cambio como beneficiarias de los servicios resultantes de esta colaboración mundial. La Plataforma de la Década del Envejecimiento Saludable pretende, justamente, ampliar las oportunidades de las personas mayores de participar e influir de manera significativa en los debates relacionados con su propia salud y bienestar y los de sus comunidades.

P.- ¿Y qué necesidades cree más urgentes a resolver en España para que sea un país con un envejecimiento saludable de su población?

R.- El plan de acción de la Década ofrece un marco de actuación. Luego, cada país debe hacer una evaluación precisa para poder determinar en qué áreas se debe priorizar su acción. Desde la OMS ofrecemos apoyo a países en la traducción de un marco global a un contexto específico, pero siempre son los gobiernos los encargados de determinar qué adaptaciones son necesarias.

Fuente: entremayores.es

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