Tanto cuando hay una bajada como un ascenso de las temperaturas, el cuerpo experimenta cambios bruscos que tienen su repercusión en nuestro sistema, y cuando somos más mayores, estos cambios pueden situarnos en una situación de riesgo, que normalmente va ligada a un golpe de calor y/o deshidratación, por lo que es de vital importancia saber cómo afecta el calor a los mayores y qué debemos de hacer para no exponerlos ante una situación que represente peligro.

El “golpe de calor” o Hipertermia

Factores que pueden favorecer un golpe de calor (o hipertermia) en una persona mayor

El golpe de calor se produce porque hay un aumento tan exagerado de las temperaturas que al organismo no le da tiempo a adaptarse a él. Estas situaciones pueden darse por:

  • Un ambiente demasiado caluroso que puede favorecer un golpe de calor. Por ejemplo una estancia cuyas persianas estén bajadas en las horas de más calor en el día (de 12:00 a 17:00), normalmente evitarán que el espacio se recaliente, y si además ventilamos las habitaciones en las primeras y últimas horas del día evitaremos un ambiente demasiado caluroso.
  • La realización de actividades físicas al aire libre, por lo que tendremos que tener control sobre cuando las personas mayores hacen sus ejercicios, evitando como hemos dicho las horas centrales del día y evitando sobre todo espacios soleados sin sombras a la vista.
  • Ropa demasiado calurosa, por lo que tendremos que llevar tejidos holgados y que favorezcan la transpiración (los realizados el algodón y lino), y de colores claros; y muy importante, llevar una gorra o sombrero para evitar demasiado calor en la cabeza.

Síntomas del “Golpe de Calor” o Hipertermia

Cuando envejecemos, los golpes de calor son más difíciles de detectar y a la vez se da la circunstancia de que las personas mayores de 65 años son el grupo de población que corre más riesgo de sufrir un golpe de calor, ya que a partir de esa edad, la percepción del calor cambia ya que hay muchas alteraciones en su centro termorregulador, por lo que no se activa la necesidad del cuerpo de protegerse ante ese calor.

Cuando estamos ante un posible golpe de calor, notamos los siguientes síntomas:

  • Empezamos a notar piel seca.
  • La piel se enrojece.
  • Aparecen escalofríos.
  • Presencia de calambres en las articulaciones.
  • Hay sensación de desorientación.
  • La boca se pone seca y pastosa.
  • Dejamos de sudar aunque haga mucho calor.
  • Se sufre un dolor de cabeza.

Recomendaciones para prevenir la hipertermia

Debemos educarnos nosotros mismos y a nuestros mayores para que en el momento en que una persona mayor de 65 años empieza a notar estos síntomas, debe buscar una situación que le haga bajar de temperatura corporal, como ponerse a la sombra o refrescarse. Las recomendaciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología al respecto son claras (a continuación, texto extraído de su web):

  • Un buen aporte de líquidos. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir frecuentemente agua, infusiones, zumos de frutas aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Realizar comidas ligeras, evitando así las digestiones pesadas.
  • Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).
  • No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
  • Mantener la casa fresca y ventilada.
  • No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
  • Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros, preferentemente.
  • Es recomendable, además, el uso de sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.

La deshidratación

Cuando al organismo le falta agua, se puede llegar a una situación crítica de shock y a continuación un fallo multiorgánico de cerebro, riñón y corazón.

Factores que pueden favorecer la deshidratación en una persona mayor

Hidratarse es fácil, solo hay que beber agua, pero puede haber casos que la hidratación en una persona mayor puede no ser tan sencilla:

  • Persona con el síndrome geriátrico de polifarmacia, en el que por complicaciones de salud se ve obligado a tomar diversos medicamentos que pueden favorecer la deshidratación o precisar una deshidratación más habitual.
  • Persona mayor con alguna dificultad cognitiva que haga que no recuerde que debe de hidratarse.
  • Persona mayor con enfermedades crónicas, que necesite asistencia.

Síntomas de la deshidratación

Como vemos, saber cómo afecta el calor a los mayores en caso de deshidratación es clave para adelantarse a una situación de fallo multiorgánico que puede llegar a convulsiones y a estado de coma, por lo que hay que vigilar los síntomas de la deshidratación como:

  • Sensación general de debilidad
  • Pérdida de la presión arterial
  • Calambres musculares
  • Ausencia de sudoración si la deshidratación es severa
  • Piel seca
  • Aumento de la temperatura corporal hasta los 40º

Recomendaciones para evitar la deshidratación

Vamos terminando este artículo sobre cómo afecta el calor a los mayores dejando bajos estas líneas unas recomendaciones para evitar situaciones de deshidratación frente a altas temperaturas, que se asemejan en ciertos puntos a las del golpe de calor:

  • Se debe siempre beber agua con frecuencia, u otros líquidos como infusiones, zumos o leche, teniendo en cuenta que con altas temperaturas deben de ser de dos a tres litros de agua diarios.
  • Hay que huir de las bebidas alcohólicas, con cafeína o mucho azúcar ya que provocan la pérdida de líquidos, en vez de favorecer la hidratación.
  • Evitar exposiciones prolongadas al sol, sobre todo entre las 12:00 y las 15:00, cuando el calor es más fuerte normalmente.

Cómo afecta el calor a los mayores: qué hacer ante una emergencia

Si pese a los consejos de prevención, la persona mayor ya ha entrado en una situación crítica de deshidratación e hipertermia (presentando como hemos descrito palpitaciones, dolor de cabeza, o mareos), debemos de hacer lo siguiente:

  • Contactar con el 112 para que acudan profesionales sanitarios.
  • Colocar si se puede a la persona mayor tumbada con las piernas levantadas.
  • Si la persona puede beber, ofrecerle líquidos que favorecen la hidratación y una mejor recuperación como una bebida isotónica o agua.
  • Hay que ayudar a bajar la fiebre provocada por el aumento de la temperatura corporal aplicando paños de agua fresca en nuca, frente y pulsos

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